Siempre lo digo, y esta receta lo confirma. No siempre lo mas elaborado no es lo mas rico. Esta torta salio de esas cosas en que una te lleva a la otra. Ayer al organizar la despensa me di cuenta que tenia una torta imperial que sobre del año pasado, y que había quedado escondida. Eso me llevo a recordar que mi hija había comprado un empaque de hacer torta de chocolate Nestle ,y que después no hizo y quedo olvidada en la nevera. Desidí hacer una torta, y mientras la preparaba, llego a mi memoria el recuerdo de alguna foto, que tuve que haber visto en algún blog, y que no tengo idea de cual fue, el echo es que el diseño es copiado de ese blog. Termine la torta, y la puse en la nevera. Esta tarde llego mi hija de la universidad, y nos sentamos en la cocina a tomarnos un te caliente, y saque la torta. Cuando nos dimos cuenta nos habíamos comida entre las dos la mitad de la torta. Tiene un sabor tan delicado, que la vas comiendo y no te das cuenta.
Primero prepare el bizcocho de chocolate, según las instrucciones. Lo deje enfriar y mientras prepare la crema. Molí media torta imperiar, mientras puse a derretir media tableta de chocolate blanco con 1/4 taza de nata. Cuando estuvo derretido, le añadí la mezcla de torta imperial y lo metí en la nevera para que se enfriar. Mientras le quite la parte de arriba al bizcocho y de las dos partes con un cuchara redonda fui sacando pelotitas de torta.
Cuando la mezcla de chocolate estuvo fría, batí 1/4 taza de nata la cual añadí a la mezcla.
Con esto rellene los huecos que deje en la torta y metí en la nevera un ratito.
Luego tape con los trocitos de bizcocho los huecos, y los sobrantes los bañe con la crema y los fui poniendo encima.
La metí en la nevera hasta el momento de comer
Al corte queda muy bonita.
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